Consejos para dormir bien

Son muchos los factores que pueden interferir en una buena noche de sueño, desde el estrés laboral y las responsabilidades familiares hasta las enfermedades. No es de extrañar que el sueño de calidad sea a veces esquivo. Es posible que no puedas controlar los factores que interfieren en tu sueño. Sin embargo, puede adoptar hábitos que favorezcan un mejor sueño.

Mantén tu habitación fresca, oscura y silenciosa. La exposición a la luz por la noche puede dificultar la conciliación del sueño. Evite el uso prolongado de pantallas que emitan luz justo antes de acostarse. Considere la posibilidad de utilizar persianas para oscurecer la habitación, tapones para los oídos, un ventilador u otros dispositivos para crear un entorno que se adapte a sus necesidades. También adquiere muebles de dormitorio cómodos para un ambiente más ameno.

Aprovecha el día para prepararse para la noche

Muchos de nosotros nos quedamos despiertos hasta más tarde, sólo para tener suficiente “tiempo de descanso”. Esto puede deberse a que tenemos niños pequeños, un trabajo ajetreado o una vida doméstica estresante. Las últimas horas de la tarde y la noche pueden ser el único momento en el que nos detenemos y nos relajamos.

Sin embargo, sacrificar las horas de sueño no es la solución. Si necesita un poco de espacio para sí mismo, en lugar de sacrificar el sueño, vea si puede sacar algo de tiempo durante el día para sí mismo.

Sé abierto y honesto sobre tu necesidad de espacio con tu pareja o compañeros de casa. Por la noche, considera ocasionalmente la posibilidad de ver tu televisión preferida o de navegar por las redes sociales en habitaciones separadas, si crees que el único momento en que puedes hacerlo es cuando tu pareja se ha ido a la cama. Está bien priorizar el tiempo y el espacio para ti mismo para que puedas recargarte.

Cumple con un horario de sueño

No reserve más de ocho horas para dormir. La cantidad de sueño recomendada para un adulto sano es de al menos siete horas. La mayoría de las personas no necesitan más de ocho horas en la cama para estar bien descansadas.

Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana. Ser constante refuerza el ciclo de sueño y vigilia de tu cuerpo. Si no te duermes a los 20 minutos de acostarte, sal de tu habitación y haz algo relajante. Lee o escucha música relajante. Vuelva a la cama cuando esté cansado. Repítelo según sea necesario, pero sigue manteniendo tu horario de sueño y de despertar.

Presta atención a lo que come y bebe

No te vayas a la cama con hambre o atiborrado. En particular, evite las comidas pesadas o abundantes a un par de horas de la hora de acostarse. El malestar podría mantenerte despierto.

La nicotina, la cafeína y el alcohol también merecen precaución. Los efectos estimulantes de la nicotina y la cafeína tardan horas en desaparecer y pueden interferir con el sueño. Y aunque el alcohol puede hacer que te sientas somnoliento al principio, puede interrumpir el sueño más tarde en la noche.

Limita las siestas diurnas

Las siestas diurnas prolongadas pueden interferir con el sueño nocturno. Limite las siestas a no más de una hora y evite hacerlas a última hora del día.

Sin embargo, si trabajas por la noche, puede que necesites hacer una siesta a última hora del día antes de trabajar para ayudar a compensar tu deuda de sueño.

Incluye la actividad física en su rutina diaria

La actividad física regular puede favorecer el sueño. Sin embargo, evite estar activo demasiado cerca de la hora de acostarse.

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