Cuidados básicos para cámaras

Puedes distinguir inmediatamente a un verdadero profesional de un aspirante por la forma en que trata su equipo; ya sea propio o alquilado, no hay ninguna diferencia. Un verdadero profesional depende de su equipo; sin él no puede hacer su trabajo; su equipo es su medio de vida. Tener cámaras de calidad, requiere un cuidado de calidad. Cuida de tu material y de tu trabajo.

LA SUCIEDAD, EL POLVO Y EL AGUA son la criptonita de una cámara, y un verdadero profesional siempre antepondrá el bienestar de su cámara al suyo propio.

Por supuesto, es preferible llevar un paraguas y una funda para el agua, pero a veces la lluvia y el calor pueden ser tan intensos que no queda más remedio que jugársela.

Aquí están mis 5 mejores consejos para el cuidado de cámaras profesionales:

METE EN UNA BOLSA LA CÁMARA

Si no estás ensayando o rodando, la cámara debe estar en su bolsa. Así de sencillo. Sin excusas. Habrá excepciones, pero por regla general es la forma más fácil de proteger el arma elegida del agua, el polvo, la suciedad o cualquier otro daño.

Si vas a filmar bajo la lluvia o en un entorno muy polvoriento, utiliza una funda para la lluvia. Protege esa cámara como si tu vida dependiera de ella; ¡tu medio de vida, sin duda!

No olvides nunca que las cámaras y los objetivos son herramientas delicadas, diseñadas para trabajar con precisión, y que el más mínimo golpe puede causar estragos en su electrónica interna y sus tolerancias mecánicas. Si transportas tu cámara en coche, asegúrate de que esté bien protegida y de que no la golpeen pesados trípodes o soportes de lámparas. Un verdadero profesional asegura su cámara incluso con el cinturón de seguridad.

UTILIZA LAS TAPAS DE LAS CÁMARAS

Utiliza siempre tapas para los objetivos. No hay excusas. Tus objetivos son tan importantes como tu cámara, así que protégelos. Si vas a cambiar de objetivo, elige un momento y un lugar adecuados.

Busca un refugio y mantén tu equipo seco: el agua y la electrónica no se llevan bien.

DESEMPOLVA

Coge un cepillo de 1 pulgada y una lata de ‘Dust-off’ (aire comprimido) y deshazte de TODO el polvo y la suciedad. No hay excusas. Cualquiera con el que merezca la pena trabajar mantendrá el cuerpo de la cámara tan limpio que verás tu reflejo en él.

Lo creas o no, el movimiento de los elementos de cristal en el interior de un objetivo crea una presión hacia dentro que puede absorber el polvo, y una vez que está ahí dentro no podrás sacarlo. Así que mantén limpio el cañón del objetivo.

DEBES LIMPIAR LA CÁMARA

Si tienes que limpiar el cristal del objetivo, hazlo con cuidado, pero NO utilices el cepillo de 1 pulgada ni el Dust-off; el polvo que quede atrapado en el cepillo (de la limpieza general del cuerpo de la cámara) arañará el cristal y tendrás un gran problema. Y el Dust-off es demasiado intenso, así que en su lugar utiliza una bomba manual para eliminar suavemente cualquier mota de polvo fino.

Si tiene que utilizar un cepillo, utilice un cepillo para lentes diseñado específicamente que sea muy fino y no raye el cristal.

Si tienes una huella dactilar o una marca de agua en la lente, utiliza un paño para lentes de microfibra antiestático con líquido limpiador de lentes (¡lee bien las instrucciones!), pero asegúrate de haber eliminado el polvo antes con la bomba manual (¡o el paño atrapará el polvo y lo rayará en el cristal!).

Pero NO toques el sensor con nada. ¡NUNCA! Si tu sensor necesita limpieza y no estás 100% seguro de lo que debes hacer, lleva tu cámara a un servicio técnico profesional.

NO LA ALIMENTES

Así que sé un profesional e insiste en un perímetro de NO COMIDA NI BEBIDA alrededor de tu equipo. De nada sirve protegerlo de la lluvia y el polvo para luego bañar tus preciadas posesiones con migas de galleta y zumo de naranja.

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